Carta desde el Mesías Salvaje
a los mundos escriturales,
a los estudiantes de letras
y a los poetas astrales:
a los mundos escriturales,
a los estudiantes de letras
y a los poetas astrales:
Dedicado a todos aquellos farsantes
que se dicen vivir en la bohemia
sin haber leído nunca
Scènes de la vie de bohème
de Henri Murger
que se dicen vivir en la bohemia
sin haber leído nunca
Scènes de la vie de bohème
de Henri Murger
“A la MIERDA con TODO”: podría ser un buen principio de epístola con pistola desenfundada y escupiendo una bala expansiva que pueda destrozar todo aquello con brillo falso: ¿A quién creen que están engañando? Por principio se engañan a sí mismos, dictando “grandes” charlas sobre “grandes, grandes, grandes” (exceso) poetas: Homenajes que rozan lo ridículo para abarrotar pequeños lugares que rayan apenas y con penas el mapa mundial de la literatura local. Nadie está leyendo bien a nadie. Todos parecen tener prisa de SER los “grandes” poetas, o los “grandes” conferencistas y se olvidan de lo más importante: LEER; ya no pidamos comprensión de lo leído o textos sesudos sobre la técnica literaria, la poética, la estética o lo semiótico o semántico de los poemas leídos: simplemente abrir la visión de un diálogo básico con la multiplicidad inherente a la lectura de una obra, en tanto construcción del trabajo escritural a lo largo de la vida de un escritor dedicada a ello.
Es clave una pregunta para entender el planteamiento anterior: desde hace un año más o menos, he conocido diletantes como hongos que aseguran -y se aseguran reafirmándose con la boca llena de una bofa burguesía- que ellos son POETAS y escritores… En el total descaro de la afirmación, eso es no tener vergüenza ni saber lo que están diciendo. Si es verdad que se pueden considerar escritores, será únicamente por el simple y llano acto de escribir, pero esto no significa que lo que ahí escriban tenga algún valor literario o poético. Y créanme que la mayoría no lo tiene.
La pregunta es sencilla: ¿Qué tanto del poeta que dices amar, leer, conocer, respetar y llenarte la absurda boca de su nombre, conoces? Esta reflexión surge a partir de algo que he escuchado y sufrido en carne propia recientemente: resulta que toda la obra de Neruda, según estos imbéciles “cultos”, puede reducirse a un sólo libro, el más elemental, por supuesto, y en el peor de los casos a un sólo poema, el más sobado por todos y ya ridiculizado hasta el cansancio. Por si fuera poco, estos pequeños cerebros con patas hacen o quieren hacer creer que por mencionar el nombre de Pablo Neruda, ellos ya son o pertenecen a las mismas alturas del poetita chileno.
¿Por qué no nos dejamos de pendejadas de una vez? Y si en verdad aman tanto a la poesía, dejen de escribir sus versos, no sólo los más tristes, sino todos, por favor. Es una lástima que en estos tiempos se haya montado al carro de la poesía tanto mal poeta pueblerino junto con una bandada de poetas burrócratas y drogados a lo puro pendejo -aquellos mal poetitas de mierda como dice por ahí un buen verso- que se alcoholicen como brutos y como brutos digan que son los más grandes poetas de nuestros países sufridos latinoamericanos. No mamen.
¿Para qué tanta universidad en donde imparten la carrera de LITERATURA, a la que acuden estudiantes con confusiones mentales que nada saben y no saben a qué van con sus pobres vidas y sus ridículas almas a la escuela? Y como les aplauden todo, los hacen creer desde jovencitos que son los Grandes poetas o los Grandes narradores.
¿Quién sale beneficiado con esta farsa? La poesía o la literatura por supuesto que no, porque ni siquiera son para comprar libros, cosas u objetos muy caros en nuestros países tercermundistas. Ni siquiera este tipo de estudiantes compra libros: en los encuentros de “poetas” los poetas no compran libros; nadie se lee en este falso escenario de malas vibras y peores sentimientos o emociones. Se llenan la boca de AMOR, pero son sus genitales primitivos los que los hacen salir de sus miserables existencias colgándose un letrero que no les pertenece ni han ganado.
Como dije en otro texto, el 80% de la poesía escrita en Latinoamérica es una verdadera porquería. Y en algún momento, nuestra tarea es que no sea o que no siga sucediendo de esta forma.
Pobres estudiantes de Letras: inevitablemente se convierten en maestritos amaestrados para que bailen al son de las autoridades universitarias, la mayoría ciegas con maestrías y doctorados, cuyos sentidos se encuentran bloqueados por su limitada ciudad y su pensamiento lleno de miedos.
¿Hasta cuándo despertarán? Eso seguirá siendo un gran gran gran misterio.
Parece también que después de tantos años, los pobres estudiantes de literatura no conocen otros adjetivos para referirse a un autor: “grande, muy grande, importante, fundamental, fundacional, único, joven…” y así hasta que se les vuelve a acabar el carrete y vuelven a repetir lo ya repetido desde hace más de cincuenta años en otras universidades de todo el mundo. Tesis que a nadie le sirven se acumulan como testigos sordos y mudos y ciegos y sin tacto ni aroma vital: ahí están hasta que los pobres estudiantes de literatura aplaudan como monos sus propios intereses para salir corriendo y terminar con la aburrida y burocrática universidad. ¿Por qué las carreras de literatura y letras asesinan a la literatura, las letras y la creatividad? ¿Por qué se han vuelto enemigos de la imaginación? ¿A quién beneficia tanto atraso en estas carreras? Es una lástima que en nombre de la poesía o de la literatura se asesina el espíritu de tantos jóvenes.
“A la Mierda con Todo” podría ser la mitad del cuento chino que nos han hecho creer sobre la poesía. Premios mal dados, premios vendidos, premios ridículos en donde el poeta se sube al carro de Apolo y se siente dorado cuando en realidad está más cagado que su poesía. Poemas rápidos con el único objetivo de ganar su pinche premiecito y sentirse por una hora EL reconocido del país. No existe mayor error en la construcción de un libro de poemas que mandarlo a concursar por unas cuantas monedas que al poeta cabrón le servirán para enamorar a quien sea y creerse el más machito del pueblo y seguir con su estúpida vida: una estupidez cerrada con sus amiguitos que por supuesto se gastarán el pobre premio en algunas cervezas y algunas drogas y a sentirse el poeta maldito de la aldea.
Puro engaño de la más pura fuga existencial y de la peor feria de pueblo. A esa sombra reducida vomitando por las calles y escupiendo vergas les llaman POETAS. No mamen. ¿Cuándo han hecho una verdadera construcción de una propuesta estética, que realmente hable por sus sentidos y emociones alterados? ¿Cuándo han alterado un verso de tal manera que puedan continuar llamando a lo que escriben “poema”?
El orinarse en la poesía, el cagarse en los poetas oficiales, el vomitar y consumir ácidos no es escribir poemas. Por el amor de las chingaderas. El error es algo que brilla y late como el corazón del acierto. Pero lo que ahora se está presentando como poeta o como estudiante de letras o de literatura, es en verdad una gran mamada ontológica. Que se los crea quien tiene intereses sobre ellos y sus colegiaturas y que se los crea quien no tiene nada de creatividad ni imaginación y sólo tiene una tesis que por la sal del viento y lo exuberante de la selva se quedará sin que a nadie le sirva para nada.
Es clave una pregunta para entender el planteamiento anterior: desde hace un año más o menos, he conocido diletantes como hongos que aseguran -y se aseguran reafirmándose con la boca llena de una bofa burguesía- que ellos son POETAS y escritores… En el total descaro de la afirmación, eso es no tener vergüenza ni saber lo que están diciendo. Si es verdad que se pueden considerar escritores, será únicamente por el simple y llano acto de escribir, pero esto no significa que lo que ahí escriban tenga algún valor literario o poético. Y créanme que la mayoría no lo tiene.
La pregunta es sencilla: ¿Qué tanto del poeta que dices amar, leer, conocer, respetar y llenarte la absurda boca de su nombre, conoces? Esta reflexión surge a partir de algo que he escuchado y sufrido en carne propia recientemente: resulta que toda la obra de Neruda, según estos imbéciles “cultos”, puede reducirse a un sólo libro, el más elemental, por supuesto, y en el peor de los casos a un sólo poema, el más sobado por todos y ya ridiculizado hasta el cansancio. Por si fuera poco, estos pequeños cerebros con patas hacen o quieren hacer creer que por mencionar el nombre de Pablo Neruda, ellos ya son o pertenecen a las mismas alturas del poetita chileno.
¿Por qué no nos dejamos de pendejadas de una vez? Y si en verdad aman tanto a la poesía, dejen de escribir sus versos, no sólo los más tristes, sino todos, por favor. Es una lástima que en estos tiempos se haya montado al carro de la poesía tanto mal poeta pueblerino junto con una bandada de poetas burrócratas y drogados a lo puro pendejo -aquellos mal poetitas de mierda como dice por ahí un buen verso- que se alcoholicen como brutos y como brutos digan que son los más grandes poetas de nuestros países sufridos latinoamericanos. No mamen.
¿Para qué tanta universidad en donde imparten la carrera de LITERATURA, a la que acuden estudiantes con confusiones mentales que nada saben y no saben a qué van con sus pobres vidas y sus ridículas almas a la escuela? Y como les aplauden todo, los hacen creer desde jovencitos que son los Grandes poetas o los Grandes narradores.
¿Quién sale beneficiado con esta farsa? La poesía o la literatura por supuesto que no, porque ni siquiera son para comprar libros, cosas u objetos muy caros en nuestros países tercermundistas. Ni siquiera este tipo de estudiantes compra libros: en los encuentros de “poetas” los poetas no compran libros; nadie se lee en este falso escenario de malas vibras y peores sentimientos o emociones. Se llenan la boca de AMOR, pero son sus genitales primitivos los que los hacen salir de sus miserables existencias colgándose un letrero que no les pertenece ni han ganado.
Como dije en otro texto, el 80% de la poesía escrita en Latinoamérica es una verdadera porquería. Y en algún momento, nuestra tarea es que no sea o que no siga sucediendo de esta forma.
Pobres estudiantes de Letras: inevitablemente se convierten en maestritos amaestrados para que bailen al son de las autoridades universitarias, la mayoría ciegas con maestrías y doctorados, cuyos sentidos se encuentran bloqueados por su limitada ciudad y su pensamiento lleno de miedos.
¿Hasta cuándo despertarán? Eso seguirá siendo un gran gran gran misterio.
Parece también que después de tantos años, los pobres estudiantes de literatura no conocen otros adjetivos para referirse a un autor: “grande, muy grande, importante, fundamental, fundacional, único, joven…” y así hasta que se les vuelve a acabar el carrete y vuelven a repetir lo ya repetido desde hace más de cincuenta años en otras universidades de todo el mundo. Tesis que a nadie le sirven se acumulan como testigos sordos y mudos y ciegos y sin tacto ni aroma vital: ahí están hasta que los pobres estudiantes de literatura aplaudan como monos sus propios intereses para salir corriendo y terminar con la aburrida y burocrática universidad. ¿Por qué las carreras de literatura y letras asesinan a la literatura, las letras y la creatividad? ¿Por qué se han vuelto enemigos de la imaginación? ¿A quién beneficia tanto atraso en estas carreras? Es una lástima que en nombre de la poesía o de la literatura se asesina el espíritu de tantos jóvenes.
“A la Mierda con Todo” podría ser la mitad del cuento chino que nos han hecho creer sobre la poesía. Premios mal dados, premios vendidos, premios ridículos en donde el poeta se sube al carro de Apolo y se siente dorado cuando en realidad está más cagado que su poesía. Poemas rápidos con el único objetivo de ganar su pinche premiecito y sentirse por una hora EL reconocido del país. No existe mayor error en la construcción de un libro de poemas que mandarlo a concursar por unas cuantas monedas que al poeta cabrón le servirán para enamorar a quien sea y creerse el más machito del pueblo y seguir con su estúpida vida: una estupidez cerrada con sus amiguitos que por supuesto se gastarán el pobre premio en algunas cervezas y algunas drogas y a sentirse el poeta maldito de la aldea.
Puro engaño de la más pura fuga existencial y de la peor feria de pueblo. A esa sombra reducida vomitando por las calles y escupiendo vergas les llaman POETAS. No mamen. ¿Cuándo han hecho una verdadera construcción de una propuesta estética, que realmente hable por sus sentidos y emociones alterados? ¿Cuándo han alterado un verso de tal manera que puedan continuar llamando a lo que escriben “poema”?
El orinarse en la poesía, el cagarse en los poetas oficiales, el vomitar y consumir ácidos no es escribir poemas. Por el amor de las chingaderas. El error es algo que brilla y late como el corazón del acierto. Pero lo que ahora se está presentando como poeta o como estudiante de letras o de literatura, es en verdad una gran mamada ontológica. Que se los crea quien tiene intereses sobre ellos y sus colegiaturas y que se los crea quien no tiene nada de creatividad ni imaginación y sólo tiene una tesis que por la sal del viento y lo exuberante de la selva se quedará sin que a nadie le sirva para nada.
Y tenemos ahora a los “poetas astrales”: son tan ridículos que se ufanan con tener un club de admiradores en la Patagonia, por el amor de los clavos del aire. ¿A quién chingaos le importa eso y qué importancia tiene eso en un mundo en donde el hambre sigue siendo lo principal y después el sexo? ¿A quién le importa? ¿Podemos ser sinceros por primera vez en nuestras grises vidas y decir: nuestros pueblos son una mierda feliz y sobre ellos nuestras tumbas? Salir de una vez por todas del romanticismo barato y atrasado y dejar claro que los poetas no solucionarán nada, ni compondrán la vida de nadie ni tienen soluciones bajo el brazo. Lo poetas sólo escriben poemas y a veces tienen una buen imagen. Los poetas tan sufridos y perseguidos por los militares… pues que se dediquen a obras sociales; los poetas amarillos como el oro o el paludismo… pues que se dediquen a adorarse; los poetas con cohetes en las patas… pues que se quemen en el viaje; los “jóvenes” poetas, tan de moda en estos días… pues que puedan quitarse toda la mierda de los siglos, las vacas sagradas de homenajes en un salón donde caben 60 personas y dicen con la voz emocionada y trémula que el lugar estuvo lleno… que se extirpen los ojos y que vean con el espíritu su fracaso. Ya no más engaño, autoengaño: estoy harto de tanto interés en vez de poesía. Poeta, hermano mío, no tengas miedo y ponte a escribir POEMAS, no mierdas llamadas poemas. Explotar será y fue y sigue siendo un proceso de integración con la propia obra. Dejar de aplaudir en manada a poetas “excéntricos” como Leopoldo María Panero, quien sólo quería tocarle las nalgas a las muchachas y muchachos. Dejen de aplaudir como monos envidiosos, rencorosos y adoradores de lo fácil, y si en verdad son poetas, escriban algo que cambie la tierra: a seguir el propio consejo y arrancar mi lengua de trapo.
Por todo lo demás podría decir: Que todo se vaya a la Mierda y principalmente los POETAS.
Por todo lo demás podría decir: Que todo se vaya a la Mierda y principalmente los POETAS.
Marco Fonz
Quito, Ecuador,
Septiembre, 2013
Quito, Ecuador,
Septiembre, 2013
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